Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Diferencias políticas cada vez más incompatibles

La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la provincia.

Es lógico que en política haya diferencias ideológicas o enfoque de gestión, pero una cosa es la incompatibilidad política que pueden afrontar las máximas autoridades de la Gobernación bonaerense con los libertarios de la Casa Rosada y otra muy distinta es la insensibilidad social ante cualquier situación de emergencia.

Tras el temporal que azotó al AMBA, resulta preocupante el silencio de las autoridades nacionales ante los trágicos eventos climáticos. Según el oficialismo provincial, el presidente Javier Milei aplica sistemáticamente el “Arréglense como puedan”, desertando de su responsabilidad de asistir a la población o atender las contingencias de las familias inundadas.

Lo que ocurrió durante los últimos días prueba que el vínculo institucional entre ambas partes no quedó a salvo de la rencilla política ni siquiera en situaciones de crisis severas.

Por su lado, el gobernador Axel Kicillof monitoreó los fuertes temporales en los últimos días que agravaron la situación de miles de familias en localidades del AMBA.

La intensa tormenta provocó inundaciones y graves destrozos en diversos municipios por una gran cantidad de agua caída y ráfagas de vientos que comenzó en el distrito de 9 de Julio y a las pocas horas llegó al Conurbano bonaerense.

Después de varios días de aceleradas lluvias, el alarmante brote de dengue y la reaparición de mosquitos que transmiten la enfermedad vuelven a encender las alarmas de preocupación de especialistas del Ministerio de Salud. Como se sabe, existe una vacuna eficaz para controlar los cuadros graves de dengue, que se vende en farmacias, pero el Gobierno nacional no la incluyó en el calendario oficial para su aplicación gratuita.

Dentro de la Gobernación recordaban que durante la tragedia en Bahía Blanca en diciembre último, Milei visitó la ciudad al día siguiente y dijo: ‘Ustedes verán cómo se las arreglan con los recursos existentes”.

Por lo tanto desde la Provincia decidieron no perder tiempo ante el nuevo fenómeno climático: “No esperamos nada y nos arreglamos con lo que tenemos. Un Gobierno nacional que no distribuye medicamentos a pacientes oncológicos, qué va a distribuir para los afectados por un temporal”, se interrogaban Kicillof y un par de ministros bonaerenses.

Días atrás, el gobernador también había salido con los tapones de punta contra el presidente libertario por apoyar aquel convite del diputado liberal José Luis Espert para que los contribuyentes concreten una “rebelión fiscal” contra en la política tributaria de la Provincia.

Kicillof pidió que se ponga un “freno al desquicio” contra la gestión bonaerense y  defendió  además el aumento del Inmobiliario Rural al negar que sea un “impuestazo” como sugirieron dirigentes de La Libertad Avanza. También se comparó la suba del impuesto inmobiliario con la resolución 125 de retenciones móviles durante la era kirchnerista.

“Pretenden apagar el incendio que provocan con el ajuste económico con un bidón de combustible en una mano y una caja de fósforos en la otra”, dicen mientras aguardan algún tropiezo ajeno.

En rigor, el régimen tributario de la provincia de Buenos Aires para este año se debatió y aprobó en la Legislatura con la participación de las diferentes fuerzas políticas, incluidos los legisladores bonaerenses de La Libertad Avanza.

Tras la nueva polémica entre los libertarios y los kirchneristas con raíces en el peronismo bonaerense, la Provincia reconoció que hubo aumentos por encima del 200 %, pero sólo en 2.138 partidas impositivas que representan el 0,7 % del total de los impuestos inmobiliarios rurales, y que corresponden a los campos valuados en más de 3 millones de dólares. Con la velocidad de un rayo, la oposición legislativa ya propone que los productores los productores rurales afectados por la tormenta puedan acceder a beneficios “tanto crediticios como impositivos”.

Mientras tanto, apasionados partidarios de uno y otro sector se reparten culpas -y falsas denuncias por redes sociales- naturalizando por poco la durísima crisis económica social.

Desde calle 6 advierten que Nación busca la construcción de un enemigo político para desviar la atención social y así intentar disimular los recortes salvajes de fondos contra la Provincia, la pérdida del nivel adquisitivo del ciudadano común o la ola de despidos masivos.

“Vamos a seguir trabajando para sostener la economía. Vamos de chicana en chicana y no pueden mantener un argumento. Ahora el elemento distractivo es pegarle al Gobernador para que se hable de rebelión fiscal o de cualquier cosa, y no de la inflación o la licuación de salarios”, subrayan desde Provincia.

Kicillof volvió a replicar la embestida liberal: “A quienes se preguntan adónde van los impuestos en la Provincia: a construir edificios escolares para garantizar la educación a pesar del ajuste y de la motosierra”, dicen desde su microclima cercano.

Pese al contexto adverso, la administración bonaerense logró días atrás un alivio en medio del estrés financiero general. El sindicalismo docente, al igual que los gremialistas que representan a policías, empleados judiciales y trabajadores de la administración pública, aceptaron la suba salarial del 13,5% en marzo que ofreció la Provincia de Buenos Aires. También se anunció que mejoran las asignaciones familiares, la jubilación mínima y las pensiones no contributivas.