Bahía Blanca | Sabado, 11 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 11 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 11 de mayo

Calle Santa Fe: el pudor de un estadio, la casa de patios, el art decó y un muro ladrillero

Un recorrido que ofrece sorpresas, jardines, obras ladrilleras y (siempre) el toque barrial.

A mi ciudad de patios cóncavos como cántaros/y de calles que surcan las leguas como un vuelo,/a mi ciudad de esquinas con aureola de ocaso/y arrabales azules, hechos de firmamento. JL Borges

Fe era el nombre de una niña francesa de 13 años que fue decapitada en el siglo III, luego de negarse a renunciar a su creencia religiosa ante el gobernador romano, convertida tiempo después en santa de la iglesia católica. Por eso el nombre de una provincia argentina, de allí la designación de una calle en Bahía Blanca.

Recorrer algunas de estas cuadras permite encontrar una gran variedad de edificios, lugares y señales. Testimonios industriales, casas chorizo, toques art decó, detalles y colores. Como todo fragmento urbano, la arquitectura aparece como telón de fondo, un arte público, la historia escrita en piedra, un libro que se lee con los pies.

La catedral

La obra escondida. Patrimonio de la ciudad, obra de ingeniería de relevancia mundial, el estadio Osvaldo Casanova del club Estudiantes, construido en 1939, cubierto 20 años después, apenas muestra una parte de su silueta.

Su ubicación, ocupando el centro de manzana, hace que sea un edificio oculto, al que se accede por un reducido acceso, una fachada de líneas art decó que poco insinúa de la maravilla espacial a la que conduce, un pasillo en cuyas paredes se puede ver parte de la gran historia del básquet local.  

Otros tiempos

Oscurecida/te quedas viviendo,/mientras/el tiempo te recorre/y la humedad gasta poco a poco tu alma. Oda a la casa abandonada, Pablo Neruda.

Las casas de principios de siglo, plagados sus frentes de molduras y ornamentos. La puerta alta con un detallado trabajo de herrería y una distribución de aberturas que se aleja de toda simetría.

Una intervención que no suele ser la más habitual. Una vivienda de principios ed siglo reconvertida en local comercial, con respeto a su atractiva fachada, con un color uniforme y hasta la belleza del remate con balaustrada. El valor agregado de la obra al comercio es claro.. 

El estilo del glamour

Goethe decía que la Arquitectura/es música congelada,/pero yo creo que es música petrificada/y las ciudades son sinfonías de tiempo consumido,/conciertos de olvido visible. Homero Aridjis

La ciudad y su riqueza art decó, que supera todas las expectativas y muestra una abanico enorme de diseños de este estilo de entreguerras que nació en París y fue adaptado luego por Miami, Hollywood y Nueva York, para convertirse en un sinónimo de modernidad y glamour.

Estrictamente geométrico, diseños de guardas triangulares y líneas rectas es un estilo sumamente valorado y reconocido. Hay en esta calle ejemplos de viviendas desocupadas, que evidenciaban un mal estado y un posible futuro de demolición. Otras se mantienen en buen estado, están ocupadas y sacan provecho de su diseño.

La casa de los tanos

La calle es por supuesto una pareja/una puerta cancel con vaticinios/la calle es un incendio y una estatua/y sobre todo una panadería/la calle es el ombú y el aguacero. Mario Benedetti

Nunca faltan los típicos muros que terminaban de definir la línea municipal, con pilares flanqueando la puerta de ingreso de una vivienda que solía estar resuelta como casa chorizo, la que recostaba todas sus habitaciones sobre una medianera, unidas por una puerta interior y también por una galería que llevaba a la cocina y el baño.

Otro muro está haciendo las veces de cerco de obra, para una construcción nueva que ocupa el terreno. Terminada la obra seguramente será demolido para dar lugar a una propuesta diferente.

Aires industriales

La esquina de Santa Fé y Fitz Roy muestra una maravilla de arquitectura ladrillera, industrial. Desprovista de todo revoque u ornamento, utilitaria. Fue construida por la empresa de electricidad para utilizarla como depósito, estuvo algún tiempo abandonada.

Completamente renovado el lugar, hoy es sede de un centro municipal que lleva el nombre de César Milstein, el bahiense que ganó el premio Nobel de Medicina en 1984, y también es la sede de la Guardia Urbana. Un ejemplo de cómo este tipo de construcción se adapta a nuevos usos, que requiere poco mantenimiento y que luce la rusticidad del ladrillo.

Una parte negativa de ese legado industrial-ferroviario son los altos y extensos paredones que cerraban a la calle todo el edificio, siendo en muchos casos verdaderas barreras urbanas que dividían la ciudad en sectores.

Un edificio histórico en Santa Fe y España, que se renueva, en manos de su propietario original --la Cooperativa Obrera-- y buscando recuperar sus formas. El respeto por un bien patrimonial, por la historia de una esquina, por buscar construir el futuro sin dejar de respetar el pasado.

Otro edificio de aires industriales, acaso un depósito una fábrica o un galpón. Pero que ha sumado el revoque, la terminación símil piedra. Es un toque de distinción, una mezcla de corte industrial que no renuncia a una terminación más tradicional.

Entre colores y aromas

Caminar la ciudad en primavera es encontrar otro paisaje. Los árboles con su verde, los jardines con sus flores, los jazmines y las rosas. Es color y fragancia, la bahía gris del invierno se despide y la geografía toma otros contornos.

Una esquina para un edificio multifamiliar. La obra volcada hacia Santa Fe con un juego de volúmenes salientes y la particular decisión de no tener un acceso común sino que cada par de viviendas en planta alta tiene su propia escalera, la cual forma parte de la fachada. Decisiones de diseño.

De todo un poco

Un templo de los Lo Mormones. Con su típica arquitectura de ladrillo, cubierta dos aguas y una cancha de básquet, con la idea original de atraer a los más jóvenes. Hoy se mantiene cerrado la mayor parte del tiempo aunque todavía es habitual ver a los misioneros recorriendo las calles de la ciudad.

La cartelería que no se renueva y el paso del tiempo que hace su trabajo.

Casas con nombre. A la usanza de los chalés serranos o marplatenses. En la fachada, escrito con hierro, el nombre de una querida integrante de la familia. En este caso apenas quedan un rastro, las letras dispersas, suficientes para armarlo: Elizabeth.

Final

Caminar, mirar, descubrir. La ciudad todo lo contiene, con sus viviendas que respiran historias, sus estilos y su escala. “Pase y vea”, decían los carteles de las viejas kermeses. Hay que hacerlo con otra mirada, la que prescinde del apuro, la que entiende al momento de ocio como favorable para la salud, la que se aprende a descubrir, la que siempre estuvo y nunca percibimos.